Sorprendentemente, la habilidad para tomar decisiones eficaces y oportunas suele pasarse por alto en los candidatos a puestos directivos. A medida que las empresas buscan nuevas manos en el timón para navegar por aguas inciertas, va quedando claro que es esencial.
Para muchos altos ejecutivos, sentirse capacitados para tomar buenas decisiones es un aspecto crucial de su cometido. Esta habilidad se nutre de muchas otras áreas de responsabilidad, como las buenas prácticas de gestión, la comunicación y la estrategia, entre otras.
A pesar de su importancia, un nuevo estudio de Kingsley Gate revela que la toma de decisiones es la "pieza que falta" en la estrategia de contratación para puestos directivos.
Una cuarta parte de los altos ejecutivos afirma que no se les preguntó por su capacidad de decisión en la entrevista y sólo un tercio, aproximadamente. (36%) afirman que su estilo de toma de decisiones coincide con el de su organización. También hay pruebas que sugieren que, incluso cuando se les pregunta sobre la toma de decisiones, los altos ejecutivos no se sienten presionados elaborar sobre sus planteamientos del proceso y el pensamiento que subyace a sus decisiones.
Este informe revela las numerosas ventajas de garantizar que la toma de decisiones sea un factor integral en el proceso de contratación de directivos; cómo capacitar a los altos ejecutivos para tomar buenas decisiones; y cómo acomodar estilos de toma de decisiones contrastados.