Tu mente importa Consejos para superar la crisis.
Mientras escribo esto, India está siendo testigo de lo peor de la pandemia, dado el creciente número de casos, las nuevas cepas, la escasez de vacunas y una infraestructura sanitaria en ruinas. Hablo desde mi propia experiencia de pasar horas y horas intentando ayudar a amigos y familiares a conseguir medicinas, una cama de hospital o incluso concentradores de oxígeno. Estamos desamparados.
Corren tiempos difíciles y necesitamos todo el apoyo posible. Afrontar el estrés de una enfermedad, la pérdida de un empleo o de un compañero o amigo es revelador para nuestra salud mental.
Me considero afortunado de formar parte de una organización que tiene el corazón en el sitio adecuado. Tener que centrarse en un trabajo a pesar de estos factores de estrés no es fácil. Requiere una firme voluntad de seguir adelante y un profundo sentido de la comprensión por parte de tus compañeros para llegar hasta el final.
Estoy aprendiendo a abrirme camino en medio del caos e intento mantener una sensación de normalidad, no sólo para mí, sino para poder seguir ayudando a la gente que me rodea en la medida de lo posible. Así es como me aseguro de cuidar mi salud mental:
Aceptar que el estrés es normal¡! Es perfectamente normal sentirse estresado y ansioso en estas circunstancias. Reconocerlo me ha permitido afrontarlo mejor. Sentirse distraído, incapaz de concentrarse, todo forma parte de lo que estamos afrontando. Permítete sentir tus emociones y pide ayuda si la necesitas: es la única manera de superarlo y vencerlo.
Garantizar tiempo libre de la televisiónn/WhatsApp y noticias relacionadas con Covid-19. Esto no es negociable. Tómate tiempo libre para desconectar y recuperar tu energía positiva, que te ayudará a superar estos momentos. En su lugar, dedica tiempo a ayudar a los necesitados de tu entorno. Recuerda que los tiempos difíciles no duran, ¡las personas difíciles sí!
Aprender a respirar: Esto es algo a lo que nunca había prestado atención antes de la pandemia. Respirar es algo que siempre he dado por sentado. Empieza con pasos de bebé y concéntrate en tu respiración durante 10 minutos al día para sentirte vivo y desarrollar resiliencia. También recomendaría la meditación a las personas que puedan hacerlo. Mi mente, por supuesto, parece divagar en cientos de direcciones diferentes cuando lo intento, pero la meditación consiste en reconocer todos esos pensamientos y encontrar una forma de respirar con ellos y a través de ellos.
Pausas breves entre trabajo y trabajo: La pandemia nos ha obligado a todos a pasar más tiempo en el ordenador, ya sea para presentaciones, trabajo o reuniones de zoom. Todo esto ha limitado nuestro movimiento, así que me propongo dedicar 10 minutos a pasear, estirarme y ejercitar los músculos del cuello al menos cada 2 horas. Es importante caminar aunque no puedas salir.
Escuchar música o leer un libro: Es una elección personal. Me tranquiliza y me rejuvenece. Estoy segura de que a ti te pasará lo mismo.
Divulgación: Me siento bendecido por ejercer una profesión que me gusta. Me da la oportunidad de llegar a la gente y hablar con ella, entablar relaciones, algunas de las cuales han continuado durante más de 21 años de carrera. Si tu profesión es diferente, no importa. Conéctate con la gente y acércate a tus amigos y familiares. Es el momento de hacerles saber que estás pensando en ellos en un momento de crisis. Mis conversaciones y amistades siempre me han ayudado a curarme.
Ofrezca su ayuda en todo lo que pueda: Millones de personas atraviesan momentos más difíciles de lo que podemos imaginar. Algunos somos más privilegiados que otros. Si cada uno de nosotros se encargara de echar una mano, de llamar por teléfono para encontrar un medicamento o un médico, de hacer una donación o de ser voluntario, nos sentiríamos y seríamos útiles. ¡Esto es terapéutico!
El mundo se enfrenta a una crisis de proporciones gigantescas. Es un momento que pondrá a prueba nuestra fuerza, nuestras creencias, nuestra tenacidad. Hagamos acopio de todas nuestras fuerzas y vayamos día a día hasta que nos encontremos al otro lado, a salvo y juntos.