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Blogs 2020 7 Eduardo Antunovic
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January 2021

El Secreto del Éxito del Advisory Board

El Advisory Board es un órgano colegiado que, de manera colaborativa, cumple un rol de asesor en temas específicos que son de vital importancia para el éxito de una organización determinada; no es responsable del gobierno de la empresa.

Su papel principal es contribuir al análisis profundo y con una mirada externa, sugerir soluciones, enriquecer la visión estratégica y facilitar la interacción de la organización con el ecosistema en el cual actúa. Puede estar incluso mandatado para supervisar aspectos de gestión de una empresa, pero no es legalmente responsable de esta.

El Advisory Board trabaja normalmente para el accionista o para el principal ejecutivo de la empresa y es a ellos a quienes apoya en su rol de asesor. No toma decisiones y la responsabilidad de gestión sigue siendo de los accionistas o del principal ejecutivo.

Las contribuciones que puede hacer son muchas y específicas a la realidad de cada organización. Al tratarse de un cuerpo de entre 4 a 6 miembros, es importante balancear las habilidades individuales y cómo estas se complementan para agregar valor. Las habilidades se basan en experiencias, que pueden ser por conocimiento funcional o de industria, si bien hay matices relacionados con el prestigio de los miembros y su capacidad de ayudar a la proyección y atracción de la empresa.

Entre otras contribuciones, algunos de las más simples se resumen en las siguientes: mejorar la capacidad de análisis crítico y apoyo a la definición estratégica; aportar experiencias y conocimientos específicos, funcionales, industriales u otros; aumentar la credibilidad y reputación de la empresa dado el prestigio de los miembros del Advisory Board, permitiendo atraer mejor talento, captar inversiones, clientes, etc.; mentoría al accionista, a los ejecutivos gestores del negocio y aporte al ajuste de la cultura; aceleración del cambio, de la innovación y generación de ideas.

Para complementar la capacidad de los miembros de contribuir y hacer exitoso al Advisory Board, además de analizar y evitar tempranamente potenciales conflictos de interés entre la empresa, los accionistas y los miembros del Advisory Board, se debe cumplir con algunos principios de operación, para los cuales no hay atajos.

Para Qué:

Hay que definir claramente cuál es el propósito del Advisory Board, sus objetivos y razón de ser para la empresa.

Cómo:

Establecer una política de comunicación franca, directa, independiente y constructiva a través de un flujo periódico de comunicación de dos vías entre la empresa y los miembros, definiendo una agenda clara de sesiones periódicas, las que deben ser planificadas en detalle, tanto en su contenido como en los outputs esperados de ellas.

Normalmente, los Advisory Boards no son responsables del resultado final del negocio, esa responsabilidad la mantiene quien conserva la capacidad de tomar decisiones (habitualmente el accionista), sin embargo, es posible que los miembros reciban delegación del accionista sobre ciertos aspectos del negocio, de los cuales sí puede ser responsable. Finalmente, es decisión del tomador de decisiones sobre cuál es la profundidad del empowerment entregado y accountability exigido, los que vienen de la mano.

Garantizando el éxito del Advisory Board

Cumplir con los protocolos es importante: objetivos claros y saber por qué existe el Advisory Board, qué queremos obtener de él y cómo deben producirse esos resultados es fundamental. Sin embargo, solo tendrá éxito si sus miembros son seleccionados y escogidos apropiadamente.

Limitar la identificación de sus miembros a las redes de contactos y conocidos de confianza de los accionistas es un error serio; hay que salir de la caja y atraer a personas distintas de las que ya hay en casa, que cuenten con diferentes experiencias, sin conflictos, con independencia y con el conocimiento necesario para ser un aporte real al objetivo.

Es una oportunidad para incorporar talento experimentado y diverso en todo sentido; género, edad y orígenes culturales, dependiendo del aporte necesario. Personas que por su capacidad y experiencia ganen rápidamente el respeto de la organización, que se comprometan y apasionen por el proyecto, que complementen lo que ya se tiene con valores compatibles y, muy importante, que tengan éxitos demostrados. Ellos ayudarán a hacer a la organización mejor de lo que es hoy.

Son dos por tanto las tareas principales al formar un Advisory Board: identificar de manera precisa sus objetivos y escoger cuidadosamente a sus miembros.

The Secret to the Success of the Advisory Board

An Advisory Board is a collegial body that plays a collaborative advisory role on specific issues vital to the success of an organization. It is not responsible for the company’s governance.

The primary role of such a body is to contribute to the in-depth analysis—and with an external view—suggest solutions, enrich the strategic vision, and facilitate the organization’s interaction within the ecosystem in which it operates. It may even be mandated to oversee aspects of a company’s management—but is not legally responsible for it.

The Advisory Board typically supports the shareholder or the company’s principal executive. It does not, however, make any decisions. That management responsibility remains solely with the shareholders or the chief executive.

Contributions of an Advisory Board

An Advisory Board typically comprises of a body of four to six members. The contributions are specific to each organization and each member brings their own expertise to the table. It is essential to balance the individual skillsets to ensure they complement each other and add value to the firm.

The skills are based on experiences, which can be by functional or industry knowledge. There are also nuances related to the prestige of the members that help the company’s projection and attraction.

Operating Principles within an Advisory Board

To complement the members’ capacity to contribute and make the Advisory Board successful, in addition to analyzing and avoiding potential conflicts of interest between the company, shareholders, and Advisory Board members at an early stage, some operating principles must be complied with—for which there are no shortcuts.

Why? To clearly define the purpose of the Advisory Board, its objectives and raison d’être for the company.

How? By establishing a frank, direct, independent, and constructive communication policy through a periodic two-way communication flow between the company and its members. This helps define a clear agenda of periodic sessions, that must be planned in detail, both in their content and in the outputs expected from them.

That said, Advisory Boards are not responsible for the final result of the business. That responsibility is kept by the person who controls the capacity to make decisions (usually the shareholder). However, the members may receive delegation from the shareholder on specific aspects of the business, for which he/she may be responsible. Finally, it is up to the decision-maker to determine the depth of empowerment and accountability required.

Ensuring the success of the Advisory Board

Complying with the protocols is important. Clear objectives and knowing why the Advisory Board exists, what we want from it and how those results should be produced is fundamental. However, it will only succeed if its members are selected and chosen appropriately.

Limiting the identity of its members to just the network of contacts and acquaintances trusted by the shareholders is a serious mistake. We must go outside the box and attract people different from those already at home. Talent with diverse experiences, without conflicts, with independence and with the necessary inclusive knowledge to be a real contribution to the objective.

It is an opportunity to incorporate experienced and diverse talent in every sense: gender, age, and cultural origins depending on the requirements. People who, due to their capacity and experience, quickly gain the respect of the organization, who are committed and passionate about the project, who complement what they already have with compatible values and, very importantly, who have demonstrated success; they will ensure the organization is better than what it is today.

In conclusion, I would like to reiterate the two main tasks involved in forming an Advisory Board: identify the precise objective and choose its members carefully.
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